31 años han pasado ya, desde que un jovencísimo Mat Sinner decidiera montar su propia banda llamada, como no, Sinner. La verdad es que Sinner siempre ha sido una banda bastante underground. Nunca han acaparado las portadas de revistas ni salían en televisión. Se podría decir que eran una banda de culto, seguida por poca gente.
Desde 1982 con su debut discográfico: Wild n' Evil, Sinner han ido grabando discos, como digo, con mas pena que gloria. Sin una linea muy marcada y quizás sin proponer una identidad clara, Sinner a picoteado de aquí y de allá, grabando discos muy variados y muy distintos entre si.
En 1997, Mat Sinner y el por aquel entonces ex-Gamma Ray, Ralf Scheepers, daban vida a una nueva banda: Primal Fear. Es a partir de entonces cuando Mat Sinner empieza a ser conocido por la mayoría de seguidores del genero (entre los que me incluyo). Y claro de rebote, la gran beneficiada fue la banda paralela a Primal Fear, la cual comenzó a ser mas conocida. Como decía antes, esa falta de identidad los llevó a grabar álbumes totalmente influenciados en Primal Fear, desde su sonido, a temas que podrían haber entrado en algún álbum de Primal Fear y acabaron en Sinner. No digo que fuesen discos malos pero aquellos álbumes estaban a la altura de una banda de segunda fila, la cual no acababa de arrancar nunca.
Pero llegó 2008 y con él; Crash & Burn. Un discazo con mayúsculas. Un compendio de temas fantásticos, fenomenalmente interpretados y con un sonido clásico adorable.
Y ahora en 2011, nos llega la continuación de aquel fantástico disco, bajo el nombre de One Bullet Left.
Tenemos delante otro magnifico álbum. Quizás no llegue a la excelencia de Crash & Burn, pero no le queda demasiado lejos. Continuando el legado de este, Sinner nos ofrecen un disco artesanal. Con un aire clásico que impregna todo el trabajo. Temas variados que llegan rápidamente. Canciones que mezclan el Heavy de toda la vida con bases de Hard Rock de diferentes vertientes. Melodías, tanto vocales como en las guitarras, trabajadísimas. Magníficos coros, que dotan a los estribillos de magia.
Destacar el magnifico trabajo de guitarra de Alex Beyrodt (ex-Primal Fear, Silent Force). Tanto los riffs como su trabajo en los solos es muy notable.
También destaca el nuevo fichaje tras los bombos; André Hilgers, el ex-Axxis y actual batería de Rage, demuestra su calidad en todo el álbum.
Ademas el trabajo se corona con una cuidadísima producción. Una delicia para los oídos.
Se pueden destacar varios temas como; Atomic Playboys, que puede recordar a The Cult. La magnifica semi-balada Haunted, Suicide Mission, temazo. Buen estribillo en The One you Left Behind, otro gran estribillo en One Bullet Left. En Wake me When i'm Sober y Rolling Away destacan unos coros al mas puro A.O.R. Y el temazo Back on Trail. Este tema lo firmarían Thin Lizzy sin problema. Y la interpretación de Mat en la voz, pone los pelos de punta.
Un álbum muy maduro, que como su predecesor, nos muestra una mayor identidad y consolidación musical de la banda alemana. Alejándose de influencias tontas de Primal Fear.
Gran disco y a seguir por esta linea.
8
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