sábado, 12 de octubre de 2013

Running Wild - Resilient



Hace un año, aproximadamente, Running Wild, o mejor dicho su líder Rolf Kaspareck, decidió volver a surcar los mares del metal tras la anunciada retirada de la banda en 2009. Su álbum de regreso fue una especie de broma llamada Shadowmaker, un trabajo que simplemente no era Running Wild.
Antes de continuar, tengo que decir que Running Wild es una de las bandas que mas aprecio y por la cual tengo sentimientos muy especiales. De la misma forma, no estoy nada de acuerdo con esta nueva etapa en forma de duo con Rolf cantando, tocando la guitarra y el bajo y su amigo Peter Jordan en la otra guitarra y ademas con esa batería programada.
Rolf acertó de lleno disolviendo la banda, la cual ya no era tal, y dejando un legado de cierta importancia. Pero se equivoca y mucho volviendo a poner a Running Wild en la palestra, cuando la banda no existe. En fin, supongo que aun el nombre de Running Wild debe de aportar ciertas rentas.

Hablando de Resilient; dicen que quien tuvo, retuvo. Rolf ha tardado menos de un año en arreglar el entuerto que significó Shadowmaker. Estamos ante un álbum bastante acertado y sobretodo; ESTO SI ES RUNNING WILD!!! Por fin los temas son reconocibles dentro del esquema de la banda. Grandes riffs, grandes melodías imperiales marca de la casa. Temas con mas garra y fuerza y algunos muy buenos estribillos.
Todo hay que decirlo; el trabajo tiene ciertos déficits. Rolf siempre ha cuidado, sobretodo en los últimos años, mucho las producciones y la banda siempre ha sonado muy bien, pero en Resilient todo el conjunto no acaba de sonar muy bien. Un sonido de guitarras muy mejorable, sobretodo en la solista, la cual queda un tanto por debajo. El programa que hace de batería en cambio, esta vez suena algo mejor, pero cuando la batería ha llegado a sonar como en Black Hand Inn o Masquerade, por poner dos ejemplos, en fin, supongo que cuesta aceptarlo.

Desde la inicial Soldiers of Fortune ya se puede intuir por donde van los tiros. Un tema muy reconocible. Riffs y melodías clásicas en la banda y buen estribillo.
Uno de los "problemas" en su anterior álbum eran los temas con una clarísima influencia, demasiada, del hard rock. Running Wild han hecho toda la vida temas con fuerte inspiración en el rock, pues obviamente su influencia era esa, pero siempre, digamos, que pasado por el filtro de la impronta propia de la banda. Lo cual hacia que fuesen temas heavys con base rockera. Cuando se pierde una cierta actitud y se baja un tanto la intensidad, pues sucede lo de Shadowmaker. En Resilient encontramos dos ejemplos perfectos en Desert Rose; un tema de lo mejor del álbum. Clara influencia hardrockera pero sin perder un ápice de fuerza lo cual rápidamente lo identifica como un tema clásico ya en la banda. Un tema muy bien estructurado y con unas guitarras mas que interesantes. El otro tema es Run Riot. Un temazo en toda regla. Un tema agresivo desde su riff, que va creciendo hasta explotar en un estribillo sencillo y perfecto para corear. Un tema que vuelve a traer al recuerdo las influencias irlandesas de Rolf. Con Fireheart se desatan los demonios. Un tema rápido y muy en la linea Running Wild de siempre, muy clásico, donde destaca su estribillo. Otro tema con reminiscencias muy clásicas es Resilient. Tema comedido que explota su fuerza; su riff inicial, el cual nos retrotrae a otras épocas. Con The Drift topamos con uno de los mejores temas del álbum; gran melodía, riffs marca de la casa y un estribillo magnifico con un toque melódico bastante acertado. El disco lo cierra Bloody Island. Un tema de casi 10 minutos de duración y que por su composición y concepto nos hace volver a 1992 y recordar aquella maravilla llamada Treasure Island. Bloody Island no se puede equiparar como tema a Treasure Island, una canción mucho mas rica, pero es quizá el mejor tema del álbum. Una intro con guitarra acústica muy acertada, buenos riffs que ambientan el tema a la perfección. Una parte intermedia donde se suceden distintos solos, para volver a la mecánica de riff, verso, pre-estribillo y un estribillo que debe quedar marcado en la historia de la banda por siempre, simplemente genial.
La edición limitada cuenta, para variar, con dos temas extras. La aceptable Payola & Shenanigans y la prescindible Premonition.

En definitiva, un álbum que devuelve sensaciones, que no hace olvidar Shadowmaker, pero que deja claro su error. Me reafirmo en lo dicho antes, Rolf se equivoca. Running Wild ya lo ha dicho todo, no queda nada, esta vacío. Su identidad queda clarísima y seguir insistiendo en esa línea no es bueno. La música de la banda es repetitiva y gira entorno a ella misma, intentando morderse la cola. Es cierto que es un disco muy digno y con buenos temas, pero que sigue estancado en un sonido, en una forma de hacer las cosas. Estoy segurísimo que Rolf aun tiene mucho que decir en este negocio pero seguro que no con Running Wild. Dejemos que Adrian descanse en paz.





7'5







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sábado, 5 de octubre de 2013

Wizard - Trail Of Death



Formados en 1989, no es hasta 1995 cuando se produce su debut discográfico. Son of Darkness, un álbum bastante precario, sobretodo en cuanto a producción y sonido, sentaba las bases de lo que hoy día siguen siendo los alemanes Wizard. Una banda a la cual podríamos encasillar dentro del Power metal de corte épico. Influenciados por el True Metal de Manowar, aunque musicalmente son escuela germana pura y dura. Velocidad, melodías y un sonido bastante duro y compacto. Tras unos discos, todos ellos bastante deficientes a nivel de sonido, en 2003 y apadrinados por Piet Sielck ejerciendo labores en la producción, la banda edita Odin. El primer trabajo donde se aúnan temas muy potentes y rápidos marca de la casa, junto a una mas que decente labor en la producción, (consiguiendo un sonido que recordaba mucho a Iron Savior) lo cual hizo de Odin uno de los mejores álbumes editados aquel año y seguramente el mejor trabajo de Wizard.
La idea primigenia, como digo, sigue bastante inalterable a día de hoy. Los discos de Wizard siguen una misma linea sin desmarcarse de ella prácticamente nada. Culpa de ello (o no) puede ser que la formación original sigue bastante inalterable. Desde 1989 siguen en la banda; Volker Leson al bajo, Snoppi Denn en la batería, Sven D'Anna a la voz y Michael Maass en la guitarra, aunque dejó la banda en 2003 para terminar sus estudios y volver a ella en 2007. Su sustituto en 2003 fue Dano Boland, el cual sigue actualmente. Este hecho puede no ayudar a la evolución de la banda (aunque hay ejemplos de todo lo contrario). De hecho este tipo de bandas (true metal) se suelen mantener bastante fieles a su ideología como banda y difícilmente se optara por cambios drásticos.
Obviamente cada trabajo debe suponer un reto mas difícil que el anterior a la hora de componer y no resultar excesivamente repetitivos.
Trail of Death supone el décimo trabajo de la banda germana y como sus antecesores, discurre por la misma linea marcada hace ya tiempo. Lo primero que llama la atención en este álbum es su sonido. Por fin Wizard suenan como tienen que sonar. Un sonido fuerte, potente y limpio que encaja a la perfección con sus temas. La verdad es que decir que una banda suena bien hoy día comienza a sonar a tópico, pero es la realidad. Por fin podemos disfrutar de una gran mayoría de discos con sonidos y producciones a la altura que merece esta música.

A pesar de esa linea continuista tan marcada, Wizard han intentado no caer en los mismos temas de siempre y aunque sea a base de pequeños arreglos por aquí y por allá intentan que la sensación no sea de mas de lo mismo.
Death Cannot Embrace Me, un tema pausado y bastante bien ambientado, con un tufillo un tanto gótico. War Butcher es un tema mas clásico en la banda, aunque tocado con una afinación mas baja y con algunos guturales por parte de Sven, el tema queda al limite de traspasar su estilo.
La balada Angel of the Dark se representa como un tema épico y bien ambientado a base de teclados.
El tema que cierra el álbum; We Won't Die for Metal. Un tipo de tema que define un sub-género. Alguien dijo Manowar?. Un tema perfecto para los directos.
One for All, es otro tema bastante típico, sobretodo en su estribillo, al que tratan de arreglar con una base de teclados bastante notoria y que da un resultado un tanto ambiguo.
Creeping Death (que no tiene nada que ver con el mítico tema de Metallica), el tema que abre el álbum, se muestra como un tema instrumental en sus primeros minutos, para convertirse en uno marca de la casa, con buen estribillo y una cierta pausa, calma en los riffs, sin que el tema pierda fuerza.


Un álbum que gustara a los mas acérrimos del género y que sigue la linea continuista de siempre. Sabedores de esto, la banda a intentado buscar ciertas salidas para que los temas respiren algo diferente. Un estilo puede tener multiples maneras de tocarlo, pero estos subestilos te dejan con muy poco margen de maniobra.
Un dato positivo es una demostración de madurez de la banda. Ya no hay temas desfasados y descalabrados a toda pastilla sin ningún control. Los temas son mas reposados y mucho mas trabajados. Todo ello acompañado del fin del gran lastre de la banda años atrás; su sonido. Ahora suenan excelentes.
Una nueva muesca en el cinto para Wizard, y un nuevo y mas grande reto para años venideros.




7






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