sábado, 8 de septiembre de 2012

Grave Digger - Clash Of The Gods



El décimo quinto trabajo de los alemanes Grave Digger, titulado Clash of the Gods, devuelve a la banda a la actualidad. Esta vez el concepto elegido es la mitología griega. Bajo esta premisa, ya típica en los trabajos de los germanos, se nos presenta un álbum continuista.
Después de la famosa trilogia medieval (Tunes of War (1996), Knights of the Cross (1998), Excalibur (1999), la cual dio justa fama a la banda) y la salida de la banda del guitarrista Uwe Lulis, Grave Digger entró en una dinamica descendente clarísima. Trabajos muy por debajo de las expectativas y posibilidades que la banda había demostrado. Quizás se podría hacer una excepción con los discos The Grave Digger (2001) y Rheingold (2003), dos trabajos que, si bien no en su totalidad pueden ser considerados como excelentes discos, si que parcialmente, dejaban muestras de brillantez. Tras estas dos excepciones; la oscuridad. Mediocridad, hastío musical, falta de brillantez, y lo mas preocupante, la falta de estabilidad, con una parte fundamental (en toda banda) sobretodo en Grave Digger: la guitarra.
Idas y venidas. Ahora un guitarra, ahora dos, para acabar por traer uno nuevo. Todos estos problemas afectan a la música de la banda y se nota.
Una de las preguntas que me hago al escuchar un nuevo álbum de Grave Digger es ¿que mas da quien toque la guitarra, si siempre suena igual y siempre hacen lo mismo?
Queda claro que la aportación de Axel "Ironfinger" Ritt no es diferente a la de otros guitarras que ha tenido la banda desde la salida de Uwe Lulis. Buena técnica individual (faltaría más) pero nula aportación. Mismos riffs y esos armónicos tan característicos. Imagino que siguiendo los designios del líder indiscutible Chris Boltendahl (cuídate esa voz Chris).
Centrándonos en el álbum, se confirma que Grave Digger han suavizado un tanto su sonido. Ya no suenan demoledores como antaño. La guitarra despide un sonido bastante clásico, recordando los inicios de la banda en algún momento. Una vez mas, seguimos encontrando riffs tipiquisimos de la banda y del genero en cuestión.
Sobretodo en la primera parte del álbum, los teclados tienen una presencia bastante marcada, con unos sonidos bastante peculiares.
La base rítmica sigue siendo de lo mejorcito de la banda. El trabajo de Jens Becker al bajo y Stefan Arnold a la batería es de notable. Sencillez y eficacia.
En cuanto a los temas, se pueden destacar la inicial God of Terror, tipiquisimo tema con unos teclados variopintos. Walls of Sorrow, otro típico riff con bastantes armónicos y un estribillo bastante bueno. Warriors Revenge, un tema que por momentos recuerda viejos tiempos. Riff de guitarra con denominación de origen, buen estribillo y una base rítmica estupenda. Home at Last, puede recordar a Rage en su riff inicial y cuenta con un estribillo bastante festivo. Call of the Sirens, sin ser mal tema, queda afeado por su similitud (o copia) con el mítico The Keepers of Holy Grail y el estribillo casi copia al de Twilight of the Gods de su álbum Rheingold. Una pena.

En fin, un álbum, otra vez, que gustara a fans, o a los menos exigentes, pero que sigue sin aportar nada a su carrera. La banda se ha estancado completamente en una manera de hacer, en una manera de sonar y de esta manera es muy difícil salir del cajón donde se encuentran. Sin evolución se produce el estancamiento y cuando te estancas, poco se tarda en morir. Es una pena que una banda que se hizo grande a finales de los 90 a base de trabajo y de unos álbumes de gran factura, se vea arrastrada a la perdición sin saber poner freno.
Se podría decir que Grave Digger agoniza. Veremos lo que tarda en morir.



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