Antes de hablar del álbum que nos ocupa, tengo que decir que para mi esta es una review muy especial. Running Wild es una banda por la cual siento verdadera debilidad desde que era un adolescente. Sus temas siempre me han transmitido un sentimiento muy particular y han marcado mi andadura por el mundo del metal. Dicho esto y tratando de ser lo mas imparcial que pueda, vamos al disco.
Cuando en 2005 se editó Rogues en Vogue, Running Wild sacaba su epilogo. Un álbum bastante insulso, muy alejado de la calidad que siempre acompañó a las huestes de Rolf Kaspareck.
Desde ya hacia varios años, Rolf se había decantado por un sonido que no hacia justicia a la banda. Justamente el sonido siempre ha sido uno de los grandes fuertes del grupo y pasó a ser algo distinto, falto de fuerza y bastante superficial, sin profundidad.
Running Wild dejó de ser una banda para convertirse en la Rock 'n' Rolf Band. Cuando en su historia la banda siempre había contado con músicos excelentes, todo eso desapareció y por ejemplo; la batería paso a ser programada (supongo que el "famoso" Angelo Sasso, aunque "murió" en 2007, han debido revivirlo) y se nota. De Jörg Michael a una batería programada, pues eso.
En 2009 Rolf toma la decisión acertada. Acabar con la vida activa de Running Wild. Una buena despedida en el Wacken y a otra cosa.
Pero en 2011 Rolf anuncia la resurrección de Running Wild con nuevo trabajo bajo el brazo; Shadowmaker.
Lo primero que hay que decir es que la banda no existe. Running Wild es Rolf Kaspareck. El compone, produce, canta y toca la guitarra y presumiblemente el bajo. Esta vez le acompaña Peter Jordan (Peter y Rolf tienen un proyecto en común llamado Giant X), que ayuda en las guitarras y en los coros.
El álbum se puede decir que es un sucedáneo de Running Wild. El sonido vuelve a ser bastante plano, muy superficial. En temas como Sailing Fire, por ejemplo, se nota muy falto de fuerza.
Teniendo en cuenta el trabajo anterior, Shadowmaker mejora un tanto lo exhibido en Rogues en Vogue, aunque no excesivamente. Los últimos años, mas rockeros de Rolf (Toxic Taste y Giant X) se dejan notar en las composiciones. Me & the Boys, Riding on the Tide, Into the Black o Piece of the Action son buenos ejemplos.
Shadowmaker poco o nada tiene que ver con Running Wild. Evidentemente la voz de Rolf, determinados riffs de guitarra y estructuras de algunos temas suenan a Running Wild, pero el global se aleja bastante de los clásicos de la banda. No encontramos aquellas melodías épicas que ponían los pelos de punta o aquellos temas rabiosos y eléctricos, veloces y de doble bombo martilleante.
Shadowmaker no es un mal trabajo, si abrimos la mente y lo tomamos como un álbum mas de cualquier banda. I Am Who I Am, Piece of the Action, Shadowmaker o Me & the Boys son buenos temas, pero si los comparamos con, por ejemplo, cualquier tema firmado por la banda en la década de los noventa, la cosa se pone fea.
Creo que Rolf se equivoca volviendo a poner en la palestra a Running Wild. La banda no existe hace ya tiempo, y para componer este material, lo podría hacer bajo cualquier otro nombre.
Me apena escuchar esa batería y saber que nadie la aporrea, cuando se han sentado detrás de ella nombres como Stefan Schwarzmann y el grandioso Jörg Michael.
La mayoría de temas carecen de fuerza y pocos (o ninguno) consigue levantarte del asiento.
Y ahora que... Que aporta Shadowmaker a Running Wild? Hacia donde va Rolf ahora. Que futuro le espera a una "banda" que no actúa en directo y si lo hace es a cuentagotas y con músicos de sesión, que igual no sabrían decir cual es el segundo trabajo de la banda. Una banda pionera del Power metal europeo, que cuando medio mundo sucumbía a las nuevas tendencias, supieron aguantar, dar continuidad a una formación y claro, grabar los mejores álbumes de su historia.
En fin, Running Wild ha perdido buena parte de su identidad. No queda ni rastro de temática pirata en sus temas, y de la portada mejor no hablar.
Aquellas melodías, aquel sonido y aquella actitud quedan guardadas en algún cofre enterrado en alguna isla.
El prolífico guitarrista alemán; Axel Rudi Pell, presenta su decimoquinto álbum de estudio titulado Circle of the Oath.
Axel vuelve a la carga, acompañado nuevamente por la formación mas estable de su carrera. Johnny Gioeli a la voz, Volker Krawczak al bajo, Ferdy Doernberg en los teclados y el incombustible Mike Terrana en la batería. Con esta formación y teniendo en cuenta la trayectoria de la banda, la calidad esta garantizada. Su música se puede catalogar de sencilla. Heavy metal tradicional sin excesivas florituras, mas allá de las demostraciones técnicas del propio Axel y algún escarceo de Ferdy en los teclados.
Dicho esto, tenemos que a nivel de calidad, la banda no va a defraudar a nadie. El problema, a mi modo de ver, viene cuando desde 1998 (año de entrada del vocalista Johnny Gioeli y Ferdy Doernberg) parece que clonen sus trabajos. Queda claro que siempre siguen la misma linea, pero quizás muy a rajatabla. El llevar tantos años juntos, seguramente será una ventaja en muchas cuestiones, pero en otras (quizás las mas importantes) como la composición (todo corre a cargo de Axel) y la ejecución de los temas, se entra en una cierta complacencia y un cierto estancamiento. Comienza cualquier tema nuevo y en cuanto suena la voz de Johnny todo se hace antiguo, todo se vuelve predecible, todo se hace demasiado conocido, demasiado escuchado, y su música se vuelve monótona y pierde interés.
Aparte creo que la idea de lanzar un nuevo trabajo cada año y medio no beneficia para nada, todo lo contrario. Creo que Axel debería tomarse varios años sabáticos, dejar que su música repose. Y en cuanto a Johnny Gioeli, creo que es un magnifico cantante, pero se ha encasillado cantando las composiciones de Axel. Ya no suena fresco y todo su repertorio no se aprovecha.
La música de Axel Rudi Pell agradeceria un tiempo de descanso, volver con energías renovadas y con un nuevo vocalista que le diese un aire nuevo, fresco.
Musicalmente hablando, el álbum cuenta con una magnifica producción a cargo de Axel y Charlie Bauerfeind, como siempre vamos.
En cuanto a los temas, pues después de la intro ya clásica, irrumpe Ghost in the Black; tema animado, con buen estribillo y un buen trabajo de Ferdy en los teclados y un solo compartido por Axel y Ferdy bastante destacable.
Before I Die es un tema algo mas rockero, con un estribillo marca de la casa.
Fortunes of War, un tema con un riff aguerrido, que sube y baja su intensidad, con una base rítmica destacable y estribillo made in Axel.
También destacan Run with the Wind, Hold on to Your Dreams y la balada típica Lived Our Lives Before. Como ya hicieran en su anterior trabajo The Crest con el tema Dark Waves of the Sea (Oceans of Time Part II: The Dark Side) aquí vuelven a repetir la formula con el tema que cierra el álbum; World of Confusion (The Masquerade Ball Part II) como su nombre indica es la segunda parte de aquel extenso tema: The Masquerade Ball.
Un nuevo trabajo, que a niveles de calidad, desde su producción hasta la interpretación de los temas, cumple a la perfección. Gustara a seguidores acérrimos de la banda ya que no ofrece nada distinto a lo ya acostumbrado. Aunque creo que desde hace ya tiempo todo comienza a ser demasiado previsible y la música de la banda se ha vuelto predecible y por momentos tediosa y hace que un producto de calidad, de unos excelentes músicos se acabe desgastando de manera bastante triste.
"Queremos enseñar a los jóvenes como se tiene que tocar el Heavy Metal" son declaraciones del guitarrista y líder de Accept; Wolf Hoffmann en una entrevista. También dice que Accept nunca ha cambiado y que siempre han hecho Heavy Metal.
Cuando leí estas declaraciones pensé en como pierden la memoria los músicos, sobretodo cuando, como Accept y muy merecidamente, viven instalados en un éxito que hasta hace pocos años no existía. Dentro de esta fiebre de Heavy clásico, ahora parece que todos se suben al carro y se pelean por ver cual es mas clásico y por ser el que sigue haciendo el mismo estilo a pesar de los años. En este caso me apetece refrescarle la memoria al señor Hoffmann y recordarle que Accept también "traicionó" su estilo para buscar el éxito. Eat the Heat (1989), Death Row (1994), Predator (1996).
Siempre he pensado que Accept debió tener mas de lo que tuvo. Quizás eclipsados por las grandes bandas del momento como Iron Maiden y Judas Priest, los germanos nunca tuvieron la repercusión que merecían. Ahora pasados los años, el gran acierto de Accept es que han sabido reinventarse. Sin mirar excesivamente atrás, han actualizado su música adaptándola a los tiempos que corren. Siendo valientes y rompiendo con partes de su pasado que han demostrado no querer, ni respetar la historia de la banda. Hablo del señor Udo Dirkschneider, el cual dio mas importancia a su carrera en solitario y pretendió adueñarse del nombre de Accept para continuar su carrera. Visto lo visto, es evidente que los que han salido ganando en todo esto son Accept, mientras que Udo sin Accept no es nadie.
Segundo trabajo de la nueva era que dio comienzo en 2010 con aquel estupendo Blood of the Nations. Nuevamente con la voz de Mark Tornillo, por lo que hay que felicitar al señor Hoffmann por su acertado fichaje. Mark es la voz perfecta para estos nuevos Accept. Fuerza, garra, diferentes registros, lo cual amplia también los registros de la banda. Stalingrad, a diferencia de su antecesor, nos muestra a unos Accept algo mas tranquilos. Se ha refinado el sonido, ahora no suenan tan agresivos y las guitarras suenan bastante mas clásicas. El señor Hoffmann nos deleita con su inconfundible guitarra, con solos y muchas melodías marca de la casa. Los temas mas destacados son la inicial Hung, Drawn and Quartered, tema estupendo para abrir el álbum. Stalingrad es un tema robusto, potente, con cierto aire de himno y que posee unos coros estupendos. Shadow Soldiers comienza triste a través de la guitarra acústica de Wolf, para convertirse en un medio tiempo tremendo con un fantástico estribillo y una destacable melodía de guitarra. Revolution destaca la voz de Mark, dejándose la garganta en cada estrofa. La potente The Quick and the Dead. El magnifico riff de Against the World. El medio tiempo Twist of Fate, donde vuelve a brillar con luz propia, la guitarra de Wolf.
Stalingrad es la lógica continuación de Blood of the Nations. Un trabajo mas completo, con un sonido mas acorde a la banda. Con temas muy trabajados y donde la voz de Mark va encajando aun mejor en la nueva estructura y donde la guitarra de Wolf va cogiendo mucho mas protagonismo. Un nuevo paso hacia delante de una de las leyendas vivas del Heavy Metal. Sin duda, será candidato a mejor álbum del año. Siguen con paso firme y seguro hacia la consagración de esta nueva version.
Dentro de esa ola que se esta viviendo en el metal de: "vuelta al las raíces o vuelta a los 80", sin duda alguna, los americanos Overkill son uno de los mejores ejemplos de este caso. Desde hace ya varios años nos vienen trayendo discos de muy buena calidad y que desde su portada hacen recordar tiempos ya pasados. La verdad, es que da la sensación de que Overkill estén viviendo una segunda juventud. Tras su fantástico Ironbound (2010) vuelven a la carga con The Electric Age. Un álbum Overkill 100% sin mas. Un trabajo de Thrash Metal con el sello distintivo que los americanos imprimen a su sonido. Un álbum que sigue la linea que ha marcado casi toda la discografía de la banda. Pese ha algún trabajo que coqueteaba con otros estilos (a mediados de los 90), siempre se han movido dentro de un genero que los tiene como a uno de sus máximos exponentes. Otra cualidad es la calidad que siempre ha tenido cualquier álbum de Overkill. The Electric Age cuenta con mucha fuerza en sus temas, grandes riffs, velocidad, ese sonido tan característico en el bajo de D.D. Verni y la inconfundible e incombustible voz de Bobby "Blitz" Ellsworth, el cual esta en plena forma a juzgar por su interpretación en los temas.
Destacan temas como Save Yourself, toda una bofetada eléctrica. Electric Rattlesnake, otro temazo. 21st Century Man, donde destaca su fantástico riff inicial. La clásica All Over But the Shouting y la potente Come and Get It que inicia el álbum.
Excelente trabajo, que demuestra el buen estado de forma de la formación americana. Una banda clásica donde las haya y que sigue al pie del cañón y que a pesar de los años siguen demostrando que son una de las mejores bandas en su genero. Un disco que gustara a todos los fans del genero y obviamente, a todos los seguidores de la banda.
Un trabajo que demuestra que Overkill esta viviendo la edad eléctrica.
