sábado, 19 de junio de 2010

Loudness - King Of Pain



Los japoneses Loudness cumplen este año, la nada despreciable cifra de 30 años de carrera. Y presentan un nuevo disco, titulado: King of Pain. Loudness son sin duda, la banda japonesa mas conocida, tanto en el viejo continente, como en tierras americanas. Sobre todo en EE.UU. donde en una clara jugada de marketing, su sello discográfico: Atco Records, (empresa perteneciente a Warner Bros. Records) les impuso la necesidad de contar con un cantante americano. Dicho cantante no seria otro que Mike Vescera, con el cual la banda grabó dos discos: Soldiers of Fortune (1989) y On The Prowl (1991).
Una de las novedades mas significativas de este nuevo disco, es la no presencia en la batería de uno de los miembros fundadores de la banda; Munetaka Higuchi, fallecido en 2008, a causa de un cáncer terminal.
El álbum cuenta con 14 temas y una duración de poco mas de una hora. Bajo mi punto de vista esto no les favorece en nada, como a casi cualquier banda. 14 temas son excesivos, así como su duración.
El disco se abre con un tema instrumental llamado; Requiem, en claro recuerdo a Munetaka.
Desde el primer tema ya vemos el primer fallo, para mi, del álbum. La voz de Minoru Niihara, claramente muy por debajo del resto del grupo. Aunque a medida que el disco avanza, vemos que el bajo estado de forma de Minoru, podría ser la explicación de tapar la voz lo máximo posible.
Minoru nunca a sido un expléndido cantante, pero seguramente a sido el mejor de los que ha tenido Loudness. Mejor dicho, el que mejor ha sabido interpretar la música de la banda.
Los mejores temas del álbum son: Power of Death, una canción que recuerda a los viejos tiempos de los nipones. Rule the World, un tema corto, rápido y muy directo. La balada Where am i Going?, aquí si que la voz de Minoru se oye en primer plano (da que pensar). y Doodlebug, un tema contundente y con un buen riff, a pesar de que en el estribillo, la canción sufre un bajada espectacular, que acaba devaluando el tema un tanto. Poco mas se puede salvar, el resto de temas, por una u otra razón, se acaban echando a perder. Buenos riffs, se acaban enredando en partes muy complicadas, con sonidos muy depresivos y muy alejados de la idea inicial. La voz de Minoru acaba lastrando todo el trabajo. Su voz no destaca en nada y se hace pesada y poco acertada, previsible y simple.
Un trabajo variado, con muy poco acierto, muy lejos de aquellos magníficos trabajos de los nipones.
En esta época donde muchas bandas vuelven, después de 20 años (ya me dirán que han hecho en todo este tiempo), y otras se emperran en seguir a toda costa, a veces es mejor recoger a tiempo y dedicar esfuerzos a otras cosas. Se me hace difícil recordar un buen disco de Loudness en las dos ultimas décadas, a lo mejor es mi memoria que ya comienza a fallar (cosa de la edad) o quizás signifique que a llegado la hora de plegar. Un gran ejemplo para Loudness, son Anthem, banda contemporánea de Loudness, formada en el mismo año: 1980 y que resulta difícil encontrar en su discografía un mal disco y que ha día de hoy siguen en activo, con discos de una calidad abrumadora.
Hace tiempo que Loudness dejo de ser aquel trueno venido del este.



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