domingo, 25 de octubre de 2009

Judas Priest - Painkiller


Han pasado casi veinte años desde la edición del que para mi, es uno de los mejores discos de la historia del Heavy Metal. Un disco que ha día de hoy sigue plenamente vigente y es influencia clara de muchas bandas actuales.
El disco cuenta con diez temas sin desperdicio alguno. Grabado en los Miraval estudios en Francia.
Me gustaría destacar el trabajo del productor, que junto a los Judas hizo de este un trabajo soberbio. No es otro que Chris Tsangarides, el cual exprime cada nota del disco, convirtiéndolas en autenticas cuchillas afiladas directas a la yugular.
El primer tema es el archiconocido Painkiller que da titulo al álbum.
Uno de los lastres que Judas a arrastrado durante toda su carrera, era su batería, Dave Holland, un batería muy simple que nunca encajó con la música de los sacerdotes. En las primeras notas del disco (curiosamente un solo de batería) ya te das cuenta de que algo ha cambiado y por fin Judas tienen un batería a su nivel. El gran Scott Travis.
Painkiller es un tema verdaderamente aplastante, la entrada de las guitarras es impresionante, suenan como cuchillas. La batería es demoledora (un mazo golpeando cabezas). El primer solo que se marca Glenn Tipton es de diez, un compendio de técnica y velocidad apabullantes donde los bends y los armónicos van a piñon. El trabajo de Halford es increíble, canta con una suficiencia que da miedo. Sus agudos suben y suben fundiendose con las guitarras. La verdad es que puso el listón tan alto en este disco que posiblemente le pasó factura después.
Cuando parece que la canción te va a dar tregua, K.K. se desmarca con un segundo solo que te vuelve a abofetear para dejarte practicamente ko.
Una canción sobresaliente que hemos visto como la versioneban muy buenas bandas (Angra, Death, Saratoga) y que nadie, casi ni los propios Judas, llegaron nunca igualar.
El segundo tema es Hell Patrol. Un tema que después de Painkiller puede parecer menor pero que cuenta con un riff imnotizante el cual te coge de la mano hasta el final del tema. Una canción sencilla que es una autentica joyita.
La aguda voz de Halford con efecto de eco, nos introduce en All guns blazing. Aquí vuelven a coger velocidad con un tema endiablado, donde el estribillo lo gritas a pleno pulmón y donde nuevamente resaltan los solos.
En Leather Rebel encontramos un tema que roza el speed, con un riff excepcional y el doble bombo de Travis machacando en toda la canción. Aquí encontramos el primer duelo entre K.K. y Glen en el solo. Genial. El final de canción es magnifico.
Si en Leather rebel rozaban el speed, en Metal Meltdown lo tocan de pleno. Seguramente es el tema mas elaborado del disco. Velocidad de vértigo, grandes cambios de riff y nuevamente un magnifico intercambio de "golpes" entre K.K. y Glen, todo ello aderezado por un Halford pletórico.
Llegamos a Night Crawler, un tema magnifico. Tiene seguramente una de las partes mas difíciles de cantar de todo el disco y Halford nuevamente da una lección bajando mucho el tono para ir subiendo gradualmente hasta llegar a notas altísimas.
En Between the hammer and the anvil puede pasar algo parecido a Hell patrol, después de los temas anteriores puede llegar a parecer pobre, pero es un tema alucinante. El riff inicial es un slide magnifico que desemboca en un "riff de los de toda la vida", clásico, clásico. De nuevo Halford hace y desace a su antojo, ahora subo ahora bajo y ahora me mantengo. El solo vuelve a ser genial, de nuevo muy clásico con un tapping para acabarlo. El final de la canción con Rob gritando el titulo de la canción es de ordago.
Un intro misterioso nos conduce al medio tiempo del disco, A touch of evil. Un tema al que Judas no nos tenía muy acostumbrados hasta la fecha. Les queda un tema magnifico, se puede oír perfectamente la pegada de el señor Travis a la batería. Cuenta con un gran estribillo. Y de nuevo el solo se sale. Suenan guitarras acústicas, teclados y samplers y consiguen que el tema suene cañon. Mérito del productor Chris Tsangarides.
Una canción instrumental de cincuenta y siete segundos llamada Battle Hymn (lo "peor" del disco. Se la podían haber ahorrado. No aporta nada.) nos introduce a un autentico cañonazo de canción, One shot at glory. Un tema espectacular, donde sucede una de esas cosas que a mi me encantan y es que el tema llega un punto en el que cambia abruptamente (y te deja con un palmo de narices), en este caso con un riff donde un slide genial da paso a uno de los mejores solos de todo el disco. Enrevesado y caótico por momentos es toda una bomba.
El disco tiene un gran trabajo de post-producción donde suenan efectos durante todo el disco sin que casi se noten, no alterando para nada las canciones y dotandolas de mayor profundidad. Repito, grandísimo trabajo de Chris Tsangarides (a trabajado con bandas como King Diamond, Loudness, Helloween, etc...) y de los propios Judas Priest.
Todo el disco es una autentica bomba desde la primera hasta la ultima canción (a excepción del tema instrumental Battle Hymn) y representó toda una revolución en el Heavy que vendría años mas tarde. La clarísima influencia de este disco con el Thrash Metal es indiscutible. Hasta la fecha ningún grupo de Heavy había sonado así. Podemos decir que Painkiller marca un antes y un después en el Heavy Metal.
Curiosamente el álbum fue grabado en unas circunstancias extrañas, con la banda sentada en el banquillo de los acusados.
Dos chicos se suicidaron en 1985 mientras escuchaban la canción de Judas, Beyond the realms of death del disco Exciter de 1978. Uno de los chicos murió en el acto y el otro erró el tiro y agonizo tres largos años.
Pues bien los padres de estos chicos, sin comprender que había podido pasar, decidieron buscar un cabeza de turco, la banda.
Afortunadamente impero la justicia y la razón y Judas salieron absueltos de todo aquello y volcaron toda su rabia en este disco. Creo que queda totalmente reflejado en la grabación.
Es un disco de diez, que creo que con el paso del tiempo ganará (todavía mas) como el buen vino.

10


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